El día jueves 17 de agosto de
este año me dispuse a realizar una visita a la Universidad Autónoma de
Querétaro (UAQ), dirigiéndome hacia la facultad de ciencias políticas y
sociales, donde estuve preguntando por el profesor Luis Alberto Fernández, al
llegar a la facultad me dirige a la dirección la cual se encuentra en la parte
inferior del edificio A, sin embargo, cuando me dirigí a su oficina note que
estaba cerrada, por lo cual procedí a preguntarle a la secretaria que lleva su
agenda si el maestro tardaría mucho, me comento que estaba en clase, en el
salón D2 y me indico que lo podría interceptar en este lugar.
Posteriormente me dirigí hacia
el edificio D, el cual se encuentra en la parte norte de la facultad, seguí por
el edificio B y el bajar las escaleras estaba en el edificio D, toque la puerta
y el profesor me miro con cara de asombro y alegría, me recibió como es
costumbre suya de forma alegre y me pregunto que se me ofrecía, le comenté que,
si podía salir un momento, me comento que si, que solo termina de decir unas
palabras y no tardaba.
Mientras esperaba, estuve
observando, pero no vi algo particular, algunas puertas de otros salones
estaban llenas de posters sobre conferencias que en su mayoría están prontas a
suceder. Específicamente el salón el que se encontraba el maestro Luis era el
menos habitado por este tipo de publicidad.
Al dar las 17:05 hrs. el
profesor salió, nos brindamos un emotivo saludo, recordando los tiempos en que
coincidimos. Pasado este episodio, le comenté que deseaba hacerle una
entrevista ya que busco tomar una carrera relacionada a la contabilidad y a las
finanzas, por lo cual pensé en él, ya que ha tenido acercamientos con las
rendiciones de cuentas, pues tiene maestría en sociología, donde tomó interés
por la sociología política.
Finalmente, me comento que si
traía conmigo la entrevista, le afirme y me dijo que aunque desearía que fuera
de una forma más tranquila tenía varios asuntos al otro día y prefirió que
fuera de inmediato, le comente que pensaba grabarlo, pero me comento que mejor
nos concentráramos en una charla más amena y que fuera más personal, por lo
cual la entrevista fue directamente escrita, pues grabarla podría significar un
distractor para los alumnos que tomaban la clase de “Clásicos del Pensamiento
Político”.
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